Estamos en unos tiempos donde el postureo importa. Y no lo digo yo, o por lo menos no soy el único. Hace poco más de un año, Marta Rivera publicaba un (bajo mi punto vista) acertado artículo en el que describe esta obviedad, y lo hacía en un contexto muy distinto del que voy a comentar a continuación, pero que creo que es totalmente aplicable de forma transversal a muchas temáticas. O incluso en el ya lejano 2015, Margarita Puig hacía lo propio en las páginas de La Vanguardia.

Hay que reconocer que en el mundo empresarial, Agile es un palabro que mola, y eso ha provocado que se utilice mucho, sobretodo para posturear. Habría que dirimir qué mola más, si ser Agile, o tener un proyecto de Transformación Digital dentro de la empresa.
Lo peor no es que se utilice la palabra con esa intención. Lo peor es que aquellas empresas que no se deciden a dar pasos hacia esa visión están adelantando su fecha de defunción cada día un poquito más, ya que ser una empresa Agile no es tener implantada la metodología X o la Y, sino que ser una empresa Agile es estar preparado para la voracidad de nuestros días, a aquello que muchos denominan VUCA (volátil, incierto, complejo y ambiguo), y que ha hecho que muchos hayamos tenido que aprender a desaprender, sabiendo que es algo que nos va a tocar hacer varias veces en lo que nos resta de vida profesional.
Olvidémonos de lo que ponen los libros, descartemos los métodos infalibles, hagamos oídos sordos a aquellos gurús con recetas milagrosas. Hoy más que nunca nos toca entrenar y fortalecer a diario nuestras capacidades soft, y estudiar de forma continua todo aquello que envuelve tanto nuestro sector, como nuestro ámbito de actuación.

Al final, por más que nos pese, y por muy rápido que evolucione la tecnología, y cambie la sociedad, no estamos muy lejos de lo que Charles Darwin afirmaba en su día en La Teoría de las Especies, cuando afirmaba que sobreviven los más fuertes. Aquí la evolución está en que ya no son los más fuertes, sino los que mejor se adaptan a los cambios, y esto no deja de ser una mezcla de varios factores, muy similares, eso sí, a lo que se requiere para hacer frente a un entorno VUCA.
Así que, estimad@ lector@, bienvenido al mundo Agile 🙂
